LO MALO DE LAS REDES SOCIALES, SI NO SE CONTROLA.
ESTOS ENLACES CONTIENEN DE FORMA AMENA ALGUNOS CASOS MÁS
REPRESENTATIVOS DEL CIBERACOSO.
¿QUÉ ACTITUD DEBEN TENER LOS PADRES CUANDO PERCIBEN QUE SUS HIJOS SUFREN CIBERACOSO O GROOMING?
¿QUÉ ACTITUD DEBEN TENER LOS PADRES CUANDO PERCIBEN QUE SUS HIJOS SUFREN CIBERACOSO O GROOMING?
María
Martín. Psicóloga, Carlos Chiclana. Psiquiatra | 21 Marzo 2012 |
El
ciberacoso
es toda aquella acción realizada deliberadamente para establecer una relación y
control emocional sobre otra persona a través de internet.
Cuando en esta situación se involucra a un menor el término empleado es “grooming”.
En los últimos años, el
desarrollo de internet y otras tecnologías de comunicación e información (por
sus siglas en inglés, ICTS) ha aumentado considerablemente. Este hecho favorece
una mejora de la comunicación entre las personas, así como en la formación y
educación de los más pequeños.
En la actualidad, el uso
de internet está totalmente adaptado a la vida de los jóvenes, tanto es así que
en un estudio realizado en 2009 por el Instituto Nacional de Tecnologías de la
comunicación (INTECO) se obtuvo que más
del 50% de los jóvenes españoles se conecta diariamente a internet.
Sin
embargo, estos avances también producen nuevos riesgos para los niños que
pueden afectar a su desarrollo personal, su educación y su bienestar. Entre
ellos ha aumentado el riesgo de grooming
y abuso sexual.
De
acuerdo con el mismo estudio, se obtuvo que un 85% de los niños no sabría qué hacer
frente a una posible amenaza en la red, y sólo el 1% acudiría a
sus padres como primera opción. Estos datos demuestran una incapacidad de
reacción por parte del niño, pese a que más del 80% del total que componían la
muestra afirmaron haber recibido advertencias sobre los posibles riesgos de las
ICTS procedentes del ámbito familiar (77.4%) y escolar (43.2%).
Cuando
a los padres se les pregunta acerca de cómo actuarían sus hijos, más del 30%
creen que acudirían a ellos con el problema como primera opción. Además, la
desinformación de los padres se refleja en su principal preocupación, que sus
hijos desarrollen dependencia o uso abusivo (39.5%) de internet. Muy por detrás
se encuentra el acoso sexual (9.9%) y la interacción con desconocidos (9.2%).
Estos datos sugieren que los
adultos necesitan más herramientas que les ayuden a saber valorar y apreciar la
gravedad de los posibles riesgos a los que se enfrentan sus hijos.
Una
de las formas más comunes de realizar grooming
es mediante chantaje. El adulto consigue contactar con el/la menor por internet
y logra que le envíen una imagen o fotografía comprometida. A partir de este
momento, el abusador amenaza al niño con publicar su foto a todos los contactos
si no le envía más. El
menor movido por el miedo y la vergüenza cede y se ve envuelto en una espiral
de la que no puede salir sin ayuda. Por
este motivo se retrasan las denuncias, porque hacerlo supone destapar una
acción personal “reprobable” y habitualmente desconocida por los padres.
Esta
situación puede provocar gran estrés
y preocupación al niño, y generar una disminución de la
motivación para realizar sus tareas y actividades diarias.
Además es posible que también muestre otros cambios en su comportamiento, como
por ejemplo tener actitudes
negativas con mayor frecuencia de lo normal, mostrar más grado
de introversión, o hablar poco.
Como
el problema transcurre a través de internet, todos los hábitos relacionados con
este ámbito también se ven alterados. Por ejemplo, aumento de horas en el
ordenador y uso de redes sociales o mostrarse más exigente
con su privacidad mientras está en el ordenador.
Una
de las posibles formas de evitar el grooming
se fundamenta en dos puntos principales: conocer
lo mejor posible el entorno y las interacciones sociales del niño y educarle
sobre qué es el grooming y qué acciones y
actitud debe tomar.
Con
respecto al primer consejo se puede empezar por conocer a los profesores, entrenadores y
otros adultos docentes que estén en contacto con el niño.
También es interesante conocer a los padres y otros familiares que son más
cercanos a los amigos de los hijos.
El
niño además de interactuar físicamente con el resto de personas que le rodean,
también lo hace a través de internet. Esto es especialmente importante porque
es un medio de interacción relativamente nuevo para los adultos y probablemente
los padres no lo hayan empleado en su infancia, pero nuestros hijos han crecido
conviviendo con naturalidad con móviles y ordenadores.
Por
lo tanto, es necesario que se muestren interesados y conozcan sus
preferencias y hábitos en la red (preferencias musicales,
deportes preferidos, juegos online más habituales y redes sociales que más
frecuenta). Es de especial relevancia conocer estos aspectos porque la mayoría
de interacciones en la red se produce entre grupos de usuarios que coinciden en
un gusto o preferencia (un artista, un equipo, un grupo de música, un hobby u
otros).
Una
forma de lograr esto es fomentando una participación conjunta a partir de los
8-9 años. De este modo, el niño ve normal incluir las tecnologías en la rutina diaria
familiar y no lo ve como un accesorio novedoso y fuera del
alcance de sus padres.
Como segundo punto es de vital importancia la formación y preparación
preventiva que se pueda dar al niño ante estas situaciones. La forma principal
de conseguir esto es hablando
con él y tratando de hacerle comprender y discernir entre lo que es un contacto
apropiado e inapropiado -ya sea físico o a través de internet-
y de que sea capaz de reconocer un comportamiento de grooming.
Es
útil emplear un lenguaje apropiado para su edad y hacerle ver que tanto su padre como su madre
actúan, piensan y opinan de la misma manera. Es muy importante
un consenso entre ambos. También es productivo crear un ambiente de sinceridad,
seguridad y apoyo.
A
su vez es relevante enseñar y hacer ver al niño que acudir a sus padres es la
mejor opción que puede tomar cuando tenga cualquier problema o preocupación.
Que pase
lo que pase, ellos siempre van a estar disponibles para que les
cuente sus problemas sin que vayan a existir futuros castigos, críticas o
prejuicios.
Si
usted sospecha que su
hijo está padeciendo grooming tiene que saber que
debe actuar rápido pero no precipitarse. En un primer momento,
trate de suprimir
las interacciones con el individuo en cuestión. En un momento
tan delicado como este, el bienestar de su hijo es lo más importante, y por
ello debe de esforzarse en arropar,
hablar, comprender y entender.
Hágale
saber que estará seguro bajo su protección. De un modo paralelo, contacte de la manera
más inmediata posible con las
autoridades dedicadas a ello. Actualmente existen varias
instituciones a las que acudir: Grupo de Delitos Telemáticos (Guardia
Civil), Brigada de Investigación Tecnológica (Policía Nacional) y la Fundación Alia 2 son
algunas de ellas.
Toda información que
pueda obtener sobre la relación y los contactos que ha mantenido su hijo con el
acosador será muy importante. Lo más aconsejable es pedir información y consejo
a profesionales, tanto de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, como
sanitarios (médicos y psicólogos). Entre todos, podemos ayudar a salir a su
hijo y a su familia de esta situación.
¿QUÉ HACER CUANDO
PRESIONAN A MI HIJO/A EN LA RED ?
Pablo
Lobato. Psicólogo. Carlos Chiclana. Psiquiatra. Consulta Dr. Carlos Chiclana.
www.doctorcarloschiclana.com | 28 Mayo 2012 |
Ser
un aliado del menor es lo primero y lo mejor que podemos hacer por un menor que
está sufriendo un abuso a través de internet.
Los
abusos a menores en internet han generado en los últimos años un encendido debate
en pos de una mejor protección de los menores en la red. Los padres no siempre
pueden ofrecer esta protección a causa del desconocimiento del modo en cómo
podría ocurrir esto a su hijo.
Cuando
leemos noticias como que “Agentes de la Policía Nacional
han detenido a un menor de edad que, a través de las redes sociales, obligó a
otros niños a masturbarse y mantener relaciones sexuales con él” (El Mundo
17/5/2012), nos podemos preguntar: ¿y cómo es que sus padres no sabían nada? Lo
peor es que es verdad: que sus padres no sabían nada.
Además
de miles de bondades Internet ofrece un espacio difícil de encontrar en otros
medios: el anonimato. Esto puede favorecer que en ocasiones algunos individuos
den rienda suelta a deseos e impulsos que no se atreverían a mostrar en
público. Uno de los ejemplos más graves es el del abuso sexual. También el del
anonimato que pueden utilizar nuestros hijos para exponerse sexualmente.
Podemos
pensar que nuestros hijos sólo corren peligro si hay adultos que
los manipulan, sin embargo también entre ellos mismos pueden hacerse daño, exponerse, navegar por lugares de dudoso beneficio, ligotear, caer en charcos de barro o que un “columpio” de contenido desagradable les golpee: como cuando juegan en el parque. Copio literalmente otra noticia: “el ciberacosador de Chipiona (Cádiz) que se enfrenta a 359 años de cárcel, llegó a robar a alguna de sus 81 víctimas, la mayoría chicas menores de edad, vídeos personales de carácter erótico, que tenían en sus ordenadores, y luego los subió a páginas web que suelen consultar pedófilos”.(El Mundo 16/3/2012).
los manipulan, sin embargo también entre ellos mismos pueden hacerse daño, exponerse, navegar por lugares de dudoso beneficio, ligotear, caer en charcos de barro o que un “columpio” de contenido desagradable les golpee: como cuando juegan en el parque. Copio literalmente otra noticia: “el ciberacosador de Chipiona (Cádiz) que se enfrenta a 359 años de cárcel, llegó a robar a alguna de sus 81 víctimas, la mayoría chicas menores de edad, vídeos personales de carácter erótico, que tenían en sus ordenadores, y luego los subió a páginas web que suelen consultar pedófilos”.(El Mundo 16/3/2012).
Como
padres nos podemos enfadar mucho con el ciberacosador, ¡no hay
derecho!,podríamos gritar, y es verdad, es ilegal y además: ¿qué hacía mi hija
con esas fotos de carácter pornográfico en las que ella era la protagonista?
derecho!,podríamos gritar, y es verdad, es ilegal y además: ¿qué hacía mi hija
con esas fotos de carácter pornográfico en las que ella era la protagonista?
Los
abusos sexuales a menores es una problemática antigua. Es en este
momento histórico cuando ha sido posible situarlo en un plano más visible
todavía. Antes de que el uso de internet pusiera de manifiesto las redes de
pederastas y abuso sexual o las ingentes cantidades de imágenes de abusos
que proliferan en la web, los abusos a menores era en buena parte
desconocidos para la sociedad, aunque no para los profesionales de la salud
mental.
momento histórico cuando ha sido posible situarlo en un plano más visible
todavía. Antes de que el uso de internet pusiera de manifiesto las redes de
pederastas y abuso sexual o las ingentes cantidades de imágenes de abusos
que proliferan en la web, los abusos a menores era en buena parte
desconocidos para la sociedad, aunque no para los profesionales de la salud
mental.
¿A
qué nos referimos cuando hablamos de abuso sexual?
La
definición de abuso sexual, es compleja. Los expertos coinciden en que para
hablar de abuso es necesario que exista la interacción entre dos
conceptos: la coerción (uso de la fuerza física, presión o engaño) y la
asimetría de edad que impide la verdadera libertad de decisión y hace imposible
una actividad sexual consentida, ya que los participantes tiene experiencias,
grado de madurez biológica y expectativas muy diferentes (Cortés y Cantón,
2010).
Esta
asimetría de edad no es únicamente entre un adulto y un menor, sino
también entre dos menores ya que hablaríamos de una relación de desigualdad entre dos personas, una con mayor habilidad para manipular y otra que no posee el mismo nivel (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2009).
también entre dos menores ya que hablaríamos de una relación de desigualdad entre dos personas, una con mayor habilidad para manipular y otra que no posee el mismo nivel (Echeburúa y Guerricaechevarría, 2009).
Vemos
fácilmente el ejemplo de una joven adolescente que, ilusionada por los piropos
de su amigo virtual, se ofrece a mandarle fotos suyas a través de la web sin
conocer en absoluto la verdadera identidad de esa persona.
Desgraciadamente no es infrecuente que detrás de ese nick se esconda una
persona con otras intenciones. No dudará en extorsionar a la menor
amenazándola con el fin de conseguir fotos más intimas bajo la amenaza de
publicar las anteriores.
Desgraciadamente no es infrecuente que detrás de ese nick se esconda una
persona con otras intenciones. No dudará en extorsionar a la menor
amenazándola con el fin de conseguir fotos más intimas bajo la amenaza de
publicar las anteriores.
Así
se explicaba una de las menores a las que chantajeó un adulto: “preguntada por
la defensa sobre por qué voluntariamente había colgado
fotos en la página web (…) ella le ha contestado: "No lo comenté a nadie
porque me daba vergüenza" (El País 7/3/2012).
fotos en la página web (…) ella le ha contestado: "No lo comenté a nadie
porque me daba vergüenza" (El País 7/3/2012).
No
se lo dicen a los padres, las denuncias se retrasan y el abuso se perpetúa
porque les da vergüenza que sepan lo que están haciendo o porque piensan
que les va a caer un broncazo o porque no saben si lo que ellos han hecho
también es ilegal y les pueden denunciar a ellos o porque no tienen a nadie de confianza con quien compartirlo.
porque les da vergüenza que sepan lo que están haciendo o porque piensan
que les va a caer un broncazo o porque no saben si lo que ellos han hecho
también es ilegal y les pueden denunciar a ellos o porque no tienen a nadie de confianza con quien compartirlo.
Es
muy importante que los padres conozcan que existen estas situaciones que
escapan a su control. Los últimos estudios realizados en España, muestran que el
44% de los menores que navega con cierta regularidad se ha sentido acosado
sexualmente en internet en alguna ocasión y la franja de edad de mayor riesgo comprende
entre los 13 y los 17 años.
El
54,5% de los menores no ha recibido información alguna sobre las normas
básicas de seguridad a la hora de utilizar internet. El estudio advierte que no es posible contrastar cuántos y qué normas conocen aquellos que afirman haber recibido dicha información.
básicas de seguridad a la hora de utilizar internet. El estudio advierte que no es posible contrastar cuántos y qué normas conocen aquellos que afirman haber recibido dicha información.
Y
los padres ¿conocen las normas de circulación por internet para no salirse en
las curvas?. Cada día, los padres son más conscientes de los riesgos a los que se
enfrentan sus hijo/as a través de internet. Muchos, no obstante, mantienen la frase
“eso a mi hijo/a no le va a ocurrir”.
No
obstante, y como es lógico, ningún niño quiere experimentar algo así. La
mayoría de las ocasiones, los menores son sometidos a chantajes o engañados y seducidos sin valorar las posibles consecuencias de esos actos y las repercusiones ulteriores que el envío de determinadas fotografías puede suponer.
mayoría de las ocasiones, los menores son sometidos a chantajes o engañados y seducidos sin valorar las posibles consecuencias de esos actos y las repercusiones ulteriores que el envío de determinadas fotografías puede suponer.
Cuando
tenía 12 años estaba jugando con unos amigos al fútbol en un campo algo alejado
de las casas. En un rato que paramos apareció por allí un tipo que empezó a
hablar con nosotros. De repente le puso la mano en la entrepierna a uno. Este
dio un salto y se puso a insultarle –los demás le acompañamos en los gritos- y
el individuo huyó ante nuestra reacción. Ninguno de los hermanos dijimos nada
en casa porque no le dimos mayor importancia, pero los otros sí lo contaron y
sus padres a los nuestros.
Mis
padres nos sentaron, en buen plan, para pedirnos que se lo contáramos. Nos
escucharon, nos dieron ideas de qué hacer si ocurría en otra ocasión y se
ofrecieron para que les contáramos siempre que quisiéramos. Ni nos regañaron ni
nos prohibieron ir a jugar al fútbol donde siempre.
En
este tipo de hechos, los padres tienen una ocasión magnífica para establecer una
relación segura y de confianza con su hijo/a. Si sospecha que su hijo/a puede
ser víctima de abuso a través de la red, lo primero que debe hacer es ser un
aliado para el menor.
En
ocasiones, ante una noticia de tal gravedad, es fácil que nos enfademos,
gritemos y castiguemos a los hijos, perdiendo la perspectiva de la necesidad de seguridad y protección que en ese instante necesita el menor. Si el menor ha tenido la seguridad y la confianza para poder hablarlo con nosotros, es
fundamental que aprovechemos para permitirle hablar, desahogarse, comprender su punto de vista, que tenga la posibilidad de hacer un buen relato de los hechos sin sentirse juzgado o incomprendido. Informaos de quién es la persona que acosa a tu hijo, si es una persona conocida o no por vuestro hijo/a, si es conocida por vosotros, en qué circunstancias se realizaron las demandas del acosador.
gritemos y castiguemos a los hijos, perdiendo la perspectiva de la necesidad de seguridad y protección que en ese instante necesita el menor. Si el menor ha tenido la seguridad y la confianza para poder hablarlo con nosotros, es
fundamental que aprovechemos para permitirle hablar, desahogarse, comprender su punto de vista, que tenga la posibilidad de hacer un buen relato de los hechos sin sentirse juzgado o incomprendido. Informaos de quién es la persona que acosa a tu hijo, si es una persona conocida o no por vuestro hijo/a, si es conocida por vosotros, en qué circunstancias se realizaron las demandas del acosador.
Con
toda la información podréis tomar las medidas más adecuadas para evitar que el
daño siga creciendo.
El
siguiente paso es siempre denunciar a través de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado (https://www.gdt.guardiacivil.es), quienes tienen unidades especializadas en las nuevas tecnologías. Al denunciar pones en conocimiento de las Autoridades la comisión de un hecho presuntamente delictivo, poniendo los medios adecuados para defender al menor y favoreces que puedan ser evitadas en un futuro estas situaciones.
Seguridad del Estado (https://www.gdt.guardiacivil.es), quienes tienen unidades especializadas en las nuevas tecnologías. Al denunciar pones en conocimiento de las Autoridades la comisión de un hecho presuntamente delictivo, poniendo los medios adecuados para defender al menor y favoreces que puedan ser evitadas en un futuro estas situaciones.
Además
para intentar prevenir estas situaciones puedes hacer lo siguiente:
formarte tú bien en este aspecto, formar a tus hijos (con la palabra y con el
ejemplo), hablar todos los días con tus hijos de su vida cotidiana, escuchar a los hijos, comentar noticias que hemos oído y aprovechar para dar
ideas concretas y explicar cuáles son los límites, ayudarles a trasladar los consejos que damos para situaciones similares a la vida en red, observarles con mirada atenta y cariñosa que nos permitirá conocer si algo pasa.
formarte tú bien en este aspecto, formar a tus hijos (con la palabra y con el
ejemplo), hablar todos los días con tus hijos de su vida cotidiana, escuchar a los hijos, comentar noticias que hemos oído y aprovechar para dar
ideas concretas y explicar cuáles son los límites, ayudarles a trasladar los consejos que damos para situaciones similares a la vida en red, observarles con mirada atenta y cariñosa que nos permitirá conocer si algo pasa.