Navegando por
la red hemos encontrado este artículo en referencia al fenómeno botellón.
Os proponemos
una reflexión al respecto. En el sentido de qué podemos hacer en Membrilla por
mejorar el ocio de los jóvenes en fin de semana sin depender del alcohol.
Las sugerencias
que propongáis las podéis canalizar a través de cualquier Institución local o
Asociación a la que pertenezcáis o simpaticéis mejor, tanto cultural, religiosa o deportiva. En este fenómeno estamos todos implicados para conseguir un ocio
saludable.
"El botellón de fin de semana"
La cultura mediterránea, incluida la española, está muy relacionada con las
bebidas alcohólicas. Su consumo está tan arraigado que no hay fiesta,
celebración, recepción, trato, tradición, incluso nuestra dieta, que no dé
cabida "al beber o al brindar ".
El alcohol es una sustancia institucionalizada. Es
nuestra droga legalizada. Estamos entre los primeros productores pero también
entre los mayores consumidores.
Hoy admitimos el alcohol como una droga. Una
droga de tal poder que introducida en un pueblo que la desconoce lo desintegra
(ejemplos de pueblos indios de América del Norte y del Sur). La mayor
toxicomanía que existe en España es el Alcoholismo, una plaga social que se ha
incorporado a nuestra forma de vivir sin crear un total rechazo.
Siéndonos tan familiar el alcohol, no puede hacernos mirar hacia otro lado
cuando esconde multitud de problemas físicos y psíquicos en las personas que lo
consumen; es el centro de un inmenso entramado económico y publicitario; a su
tratamiento se destina una buena parte de nuestro presupuesto sanitario; se
esconde tras un buen número de accidentes, ya sean laborales o de tráfico, y
episodios de violencia y orden público; y es, en fin, una de las grandes causas
de mortandad en nuestro país.
Atrás está quedando la imagen del alcohólico en su soledad y desesperanza.
El fenómeno del alcoholismo está cambiando de faz. Ahora se manifiesta en
grandes grupos de personas cada vez más jóvenes, reunidos en las calles y
plazas de nuestros pueblos y ciudades, ingiriendo, mayor cantidad y de mayor
graduación, bebidas alcohólicas.
La alarma ha sonado. Cientos, miles de jóvenes se acercan al alcohol de
forma convulsiva, desproporcionada, sin razones aparentes. Medidas de tipo
prohibitivo y policial ya se han tomado. No son suficientes. Plantear
alternativas que llenen el peculiar comportamiento de las jóvenes generaciones
no es fácil.
La prevención, la formación y la educación sobre el
fenómeno deben llegar a toda la sociedad, especialmente a las familias.
Posiblemente la unión de las tres sea la mejor solución que podamos encontrar.
Algunos
datos significativos:
1. España es
el séptimo país consumidor mundial por habitante y año. El segundo de Europa.
2. El consumo
de alcohol en la mujer se va equiparando al del hombre.
3. En España
hay más de tres millones de alcohólicos.
4. En el año
2000, 12.000 personas perdieron la vida por causas vinculadas al alcohol.
5. Sólo en
Madrid, medio millón de jóvenes entre 15 y 19 años se emborrachan habitualmente
los fines de semana.
6. A los 11
años, el 3,5 % de los niños ha probado ya el alcohol. Entre los
14 y 18 años, 3 de cada 4 consumen alcohol. El 15 % todos los días.
7. El 40 % se
ha emborrachado alguna vez. El 28 % reconoce haber tenido algún problema por el
consumo de alcohol (salud, riñas, conflictos familiares, peleas,...).
8. Hacia los
15 años se producen los mayores incrementos en el consumo. Los mayores
problemas de adicción se dan entre los 25 y 35 años.
9. Es causa
del 25 % de los accidentes laborales. Del 40 % de los accidentes de tráfico.
Del 46 % de los homicidios. Del 25 % de los suicidios.
10. El alcohol
se lleva el 16 % del gasto sanitario.
11. El negocio
del alcohol mueve extraordinarias cantidades de las que la hacienda pública
saca una buena tajada.
12. El
alcoholismo está reconocido como enfermedad por parte de la Organización Mundial
de la Salud.
13. La mayoría
de los alcohólicos reconocen haber sido alcohólicos de fin de semana.
14. En España está prohibida la venta de alcohol a menores de 18 años. El
consumo entre menores está permitido.
Todas las tardes y
sobre todo las noches de los fines de semana grupos masivos de jóvenes
provistos de bolsas con bebidas alcohólicas compradas en comercios, ocupan los
espacios públicos de las ciudades españolas con la intención de divertirse.
El fenómeno del botellón es un ritual de grupo que responde a la necesidad
del joven de crear un vínculo con el grupo de amigos dónde el alcohol tiene un
papel protagonista.
La bebida ya no acompaña al ocio; ahora la embriaguez es
el objetivo fundamental del tiempo libre. Este es el gran problema.
Mientras las cifras hablan de un descenso en el consumo de alcohol entre
los adultos, entre los jóvenes aumenta y cada vez se comienza a beber con menor
edad. El botellón es la modalidad más barata de beber. Es un cambio en la forma
de beber, los días laborales no se bebe pero los fines de semana se realizan
grandes consumos mezclando bebidas muy fuertes.
El fenómeno no es nuevo. Todas las generaciones de jóvenes se han reunido
en torno a unas copas y han utilizado el alcohol en sus ritos de iniciación al
mundo de los adultos. La nota novedosa de las generaciones de hoy es el gran
número de jóvenes reunidos que resulta amenazante. La costumbre del botellón
ha superado los límites de urbanidad y constituye un serio peligro para la
salud de muchos jóvenes. Todos los fines de semana se repite el
acontecimiento: molestias a los vecinos, ruidos, destrozos a los bienes
privados y públicos, episodios de violencia, carreras de ambulancias..., el
botellón es el caldo de cultivo de los nuevos alcohólicos. Todas las alarmas
han saltado, el debate se ha instalado en la sociedad española.
Ejemplos
de razones que aportan los mismos jóvenes:
· Bebo para pasármelo bien. No puedo pagar cinco euros
por cada copa
· Bebo para estar bien y para olvidarme de todo. Es bueno
para ligar.
· Me gusta, es guay.
· Lo hacen mis amigos.
· Me permite hablar a gusto con los amigos al aire libre.
Evidentemente no podemos quedarnos con estas respuestas aparentemente
simplistas. Tras ellas se esconde un fenómeno de
profundo calado que merece un análisis más detallado. De esta forma
descubriremos que además de las razones un tanto personales que se han apuntado
arriba, encontramos todo un abanico de causas que tienen que ver tanto con el
estado evolutivo del preadolescente y adolescente como de las características
de nuestro sistema social:
En la sociedad de hoy los jóvenes disponen de mayor tiempo libre,
particularmente los fines de semana. Tienen una asignación económica a todas
luces insuficiente para costearse bebidas en locales especializados. Y gozan de
cierta permisividad por parte de los padres en los horarios y tolerancia social
(“es cosa de jóvenes”).Estos factores favorecen el fenómeno del botellón.
Todas las generaciones de jóvenes han buscado formas de romper y
diferenciarse del resto. El botellón es la nota
de esta generación. Aquí los chavales encuentran la forma de pasarlo
bien, divertirse y establecer lazos ya sean amistosos o afectivos con sus iguales.
Es un fenómeno marcadamente grupal.
Beben en compañía de sus amigos.
El joven cuando bebe está proyectando la imagen a los demás de que ya es
mayor, que ha roto con las pautas de los niños y comienza a adoptar las de los
adultos.
Vivimos en una sociedad que tiene como modelo de éxito en tener más con
menos esfuerzo. Los triunfadores por no hacer nada llenan los programas
de las televisiones. Los modelos que aportan las familias están en franca
oposición al mundo de los jóvenes. El joven no está en disposición de alcanzar
el éxito laboral, aún no tiene edad, por lo que busca el éxito en las
relaciones personales. Ser rechazado por el grupo es mucho más serio.
El joven piensa que "controla", que "sabe lo que hace",
que "sabe cómo y hasta dónde puede beber". A él no puede sucederle lo
mismo que a los que abusan del alcohol.
El mundo
de la publicidad también tiene un papel importante en los jóvenes con mensajes
en la línea de romper con la infancia, ruptura del modelo familiar y adopción
de nuevos modelos de conducta. Ofrecen salida de los problemas, superación de
la timidez, divertimento a raudales, facilidad para ligar... Y todo ello
acompañado siempre de consumo de alcohol. No se trata de hacer responsable a
la publicidad de los problemas de los jóvenes, pero sí de estar presentando el
alcohol como una alternativa, como una ayuda y como un signo de identidad.
En un fenómeno tan amplio no podemos quedarnos en solicitar y que los
poderes públicos establezcan medidas, como está ocurriendo, de tipo
prohibitivo: elevar la edad del consumo, prohibir la venta de alcohol a
menores, aumentar los efectivo policiales para mantener el orden público,...
Sin menospreciar el valor que tienen en sí mismas para mitigar los efectos del
alcohol, no van a ser nunca definitivas. Los jóvenes buscarán otras formas,
otras estrategias para conseguir alcohol, cambiarán de lugar,... pero el
fenómeno del alcohol seguirá estando ahí.
Desde muchos ámbitos se plantea como mejor solución la PREVENCIÓN:
1.- PREVENCIÓN PRIMARIA.
Debe ser
compartida por amplios sectores de la sociedad. La
familia va a tener un papel muy importante favoreciendo el proceso
de maduración del joven, estimulando la búsqueda de identidad, cultivando la
autoestima, creando un clima de confianza y comunicación y aportando ejemplos y
modelos sinceros de comportamientos frente al alcohol.
Es primordial en este campo la información,
la educación de la población, fomentando los aspectos positivos de la salud y
dando a conocer los efectos negativos del uso y del abuso del alcohol.
2.- PREVENCIÓN SECUNDARIA.
Trataría
de disminuir el número de personas con problemas por abuso o dependencia del
alcohol para evitar el deterioro psicofísico.
En algunas
ciudades españolas están surgiendo iniciativas para combatir los efectos
perniciosos de la costumbre del "botellón". Básicamente no se trata
de suprimir drásticamente el consumo de alcohol sino de ofrecer competidores
válidos para llenar el tiempo de los jóvenes.
Tienen en
común el reunir los fines de semana en locales amplios a grandes grupos de
jóvenes y plantear y realizar todo de actividades alternativas: deportivas,
culturales, artísticas, musicales, etc. Están obteniendo éxito en la medida que
con la dinámica del fenómeno del "botellón" los jóvenes encuentran
actividades atractivas donde participar, se divierten, comparten con sus
amigos, conocen gente....... pero el alcohol va quedando en un segundo plano y
los problemas comunitarios y de orden público desaparecen.
Ejemplos:
"Abierto
hasta el amanecer" GIJÓN
"La
noche más joven" MADRID
El cuestionario SQR de la Organización Mundial de la Salud recoge cinco preguntas
referidas al alcoholismo, de forma que una sola respuesta afirmativa determina
la identificación del individuo como un caso de alto riesgo de sufrir esta
enfermedad.
CUESTIONARIO:
- ¿Alguna
vez le ha parecido a su familia, a sus amigos, a su médico.... que
estaba bebiendo demasiado?
- ¿Alguna
vez ha querido dejar de beber pero no ha podido?
- ¿Ha
tenido alguna vez dificultades en el trabajo (o en el estudio) a causa
de la bebida, como beber en el trabajo o el colegio o faltar a ellos?
- ¿Ha
estado en riñas o lo han detenido estando borracho?
- ¿Le
ha parecido alguna vez que usted bebía demasiado
|
Las motivaciones más generalizadas:
- BEBO PORQUE ME DA CONFIANZA. Este motivo tiene más de
negativo que de positivo. Puedes beber en ocasiones muy especiales (un
discurso, una despedida..) pero si comienzas a necesitar el alcohol en
situaciones más cotidianas.... ¡CUIDADO!
- BEBO PORQUE ME GUSTA EL SABOR. Buena razón. Pero si bebes
grandes cantidades perderás la capacidad de distinguir distintos sabores.
- BEBO PORQUE ME HACE SENTIR BIEN. El problema será cuando
te sientas mal si no tienes alcohol.
- BEBO PARA CELEBRAR ALGO. Buena razón siempre que no
celebres varias cosas a la semana.
- BEBO PARA OLVIDAR LAS PREOCUPACIONES. Si tienes este
propósito es posible que tus problemas empeoren puesto que si lo haces a menudo
el alcohol a la larga te hará sentirte más deprimido y preocupado, cada vez
serás menos capaz de resolverlos. ES UN RIESGO MUY GRANDE.
- BEBO PORQUE ME EMPUJAN MIS AMIGOS. A todos nos gusta
beber con los amigos. Cuando un amigo bebe mucho y te incita a que tú también
lo hagas es porque se siente amenazado, está preocupado y se siente culpable.
Ayúdale de otra forma.
- BEBO PORQUE LA GENTE CON LA QUE SALGO BEBE. Tú puedes elegir qué vas a beber
y cuánto vas a beber. Todos no toleramos de la misma forma el alcohol, el más
bebedor puede causar serios problemas a los que aguanten menos. HAZTE ENTENDER.
- BEBO PARA CALMARME. Beber por este motivo te llevará a un
aumento gradual de lo que bebes. Hay otras formas de calmar el stress. PELIGRO.
- BEBO CUANDO ESTOY ENFADADO. El alcohol no va a remediar
la causa del enfado.
- BEBO PORQUE HAY OCASIONES QUE SERÍA DE MALA EDUCACIÓN NO HACERLO. Un "no
quiero beber esta noche" debe ser tan aceptado como un "no
fumo", simplemente por respeto y educación.
- BEBO PORQUE ME REANIMA. Buena razón. Una pequeña cantidad
de alcohol estimula, el aumento de alcohol tiene un efecto depresivo.
- BEBO PORQUE ME AYUDA A SENTIRME A GUSTO CON LA GENTE. El alcohol hace
fluir la conversación, en especial con el sexo opuesto. Si te resulta difícil
estar a gusto en compañía de otros sin alcohol resulta peligroso.
- BEBO PORQUE NO HAY OTRA COSA QUE HACER. Si esta es tu
forma de pasar tu tiempo libre en un momento dado te encontrarás con un montón
de tiempo libre por cualquier causa y entonces beberás más. Te costará volver a
reducir tu consumo de alcohol.
- BEBO PORQUE ME AYUDA A RELAJARME. Es una de las
principales razones por las que el alcohol ha sido consumido durante miles de
años. Si esto ocurre con frecuencia terminará con el mismo efecto que los
tranquilizantes: dependiendo de él. PELIGRO.